El camino narrativo de la escritura de Renato Castellani concluye con la muerte de Leonardo.
Leonardo elabora su testamento frente a su inseparable amigo Federico Melzi, quien será el albacea y principal heredero. El 2 de mayo de 1519 muere el gran artista. Este suceso entristece particularmente al rey francés Francisco I, quien tuvo una genuina veneración por Leonardo.
La leyenda, desmentida por los hechos, cuenta que el propio Federico recibió a Leonardo moribundo en sus brazos. Castellani relata este hecho en la apertura de todo el film.